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Marrakech:

¿Quién no ha oído hablar de Marrakech? En los últimos años, Marrakech se ha convertido en un destino obligado para quienes desean descubrir la belleza de la historia marroquí y los circuitos por Marruecos. El casco antiguo es famoso por sus abundantes mercados, con un laberinto de callejuelas y zocos que revelan nuevos tesoros: especias aromáticas, coloridos tejidos, relucientes lámparas y joyas, ¡vivirá un auténtico cuento de las mil y una noches durante su estancia! El paisaje que rodea la ciudad es igualmente impresionante, ya que las arenas movedizas del desierto se extienden desde la ciudad hasta encontrarse con las montañas nevadas del Atlas.

Fez:

Fez, la segunda ciudad más grande de Marruecos, conserva todo el encanto y la singularidad de una ciudad pequeña y bien protegida. Alberga dos antiguas medinas. Una de ellas, Fez el Bali, ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su intrincada arquitectura de callejuelas, zocos y patios, así como por albergar la universidad más antigua del mundo. La ciudad en su conjunto cuenta con numerosos ejemplos excepcionales de arquitectura islámica, desde antiguas madrasas hasta mezquitas monumentales, todas ellas bellamente decoradas con azulejos y arabescos, que hacen de la ciudad un museo al aire libre. Le encantará la simbiosis de modernidad y autenticidad.

Meknes:

La histórica ciudad de Meknes es uno de los muchos lugares marroquíes declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su mezcla única de estilos arquitectónicos, sus impresionantes monumentos y su patrimonio bien conservado la convierten en una de las más atractivas de la lista. La ciudad está rodeada de murallas fortificadas, con nueve puertas que dan acceso a la ciudad, cada una intrincadamente decorada con azulejos y motivos arabescos. La ciudad en sí está llena de belleza, desde el palacio real Dar El Makhzen hasta las numerosas mezquitas, hammams y jardines que decoran las calles, de estilo hispano-morisco en busca de la arquitectura islámica y europea.

Agadir:

Agadir encabeza la lista de estaciones balnearias de Marruecos, ¿no le convence? 10 km de playa de arena fina bañada por el sol 300 días al año. La estación es miembro del «Club de las Bahías más Bellas del Mundo». Esta asociación internacional, muy selectiva, reúne a las comunidades con un excepcional paseo marítimo con vistas a una bahía o golfo. Como ve, Agadir es un destino de lujo, con puestas de sol y zocos que merecen el viaje.

Ouarzazate:

¿Ha visto Lawrence de Arabia (1962), Gladiator (2000) y La Momia (1999)? Entonces Ouarzazate le resultará familiar. La ciudad ha aparecido en numerosas películas de Hollywood. No es difícil entender por qué: la ciudad y sus alrededores son increíblemente pintorescos, se extienden por una espectacular meseta natural y limitan con las montañas del Atlas y el desierto. Destaca por sus numerosos ejemplos de bellas kasbahs bereberes, como la de Ait Benhaddou, los Estudios Atlas, donde Marruecos se transforma en un mini Egipto con los decorados y el atrezzo de muchas de las películas más famosas de la región.

Merzouga:

Merzouga, en los Tours Marroquíes del Sáhara, al sureste de Marruecos, es espectacularmente bella por su aislamiento. Largas extensiones de arena fina e imponentes dunas se extienden en todas direcciones, en el horizonte sólo recortado por lugareños o filas de camellos. La ciudad es encantadora y se recorre fácilmente a pie. Los edificios de arenisca roja se funden a la perfección con el calor del desierto. Merzouga es especialmente extraordinaria al amanecer y al atardecer, cuando el sol abrasador transforma la ciudad y las dunas en un caleidoscopio de oro, bronce, rosa y naranja. Su autenticidad preservada posee una mística que le envolverá en una increíble zenitud.